Arteya se siente sola, así que levanta el teléfono y llama a John Price. Él charla con ella durante unos minutos y luego accede a venir. Cuando llega, Arteya se siente bien y cachonda y John ya está duro porque sabe que su novia es algo seguro. Trabajando con la precisión de muchas horas agradables juntos en la cama, John le quita la ropa a Arteya. Sus pechos firmes son un puñado perfecto mientras él los explora con sus grandes manos. Luego mapea el delgado cuerpo de Arteya con sus labios mientras la ayuda a quitarse la ropa interior. Una vez que está desnuda, Arteya se pone de rodillas y saca la polla de John de sus jeans. Ella es recompensada con el deleite almizclado de una buena erección, en la que se inclina para comenzar a chupar con mucha acción de la lengua mientras trabaja. John no está dispuesto a dejar que Arteya se divierta, así que después de un rato la empuja hacia el sofá donde se planta entre sus muslos para darse un festín con su coño desnudo. Levantándose con una sonrisa sensual, Arteya se acomoda en el sofá sobre sus manos y rodillas. La posición es una invitación que John no está dispuesto a rechazar, por lo que se coloca detrás de ella y se desliza hacia adentro. Arteya es toda un suave deleite, gimiendo de placer mientras empuja hacia atrás en cada uno de los movimientos estilo perrito de John. John toma su lugar. A continuación, en el sofá para que Arteya pueda subirse a su regazo y posicionarse para deslizarse hacia abajo sobre su erección. Él se ajusta perfectamente a su funda mientras ella lo monta vestida de vaquera. Luego Arteya se da vuelta para hacer una vaquera inversa y John aprovecha la oportunidad para deslizar sus manos debajo de su trasero y ayudarla a marcar el ritmo. Saltando de la polla de John, Arteya se toma un breve descanso para llenar su boca con su rigidez una vez más. Luego se recuesta y le deja hacerse cargo de hacer el trabajo mientras él vuelve a entrar en ella. Mientras todavía palpita de placer orgásmico, se pone de rodillas durante otro segundo caliente con John todavía golpeándola por detrás. Luego Arteya cae de rodillas y continúa chupando hasta que John no puede contener su clímax. Sale de la boquita caliente de Arteya y apunta a sus pequeños pechos, cubriéndolos con una inyección de semen chisporroteante.
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